Las bibliotecas
de la antigüedad no se parecían en nada las actuales y mucho menos sus libros.
Contenían tablillas de arcilla grabadas o pergaminos almacenados en un mismo
sitio. La Biblioteca de Alejandría -que no forma parte de una de las 7 maravillas del mundo antiguo- trascendió por su tamaño y su
historia. Fue fundada en algún momento del siglo III a. E. C. por Ptolomeo I o
su hijo Ptolomeo II.
Origen de la Biblioteca
Es probable que se haya fundado
con el solo propósito de hacer ver el poderío y conocimiento de Egipto, pero
con el tiempo se volvió mucho más importante. Los pergaminos escritos en
lenguas bárbaras fueron traducidos al griego. Una de las historias cuenta que Ptolomeo
III pidió prestados a Atenas los textos de Esquilo, Sófocles y Eurípides,
prometiendo devolver los originales, pero en vez de eso devolvió las copias.
Para ordenar todos los pergaminos
en la Biblioteca se creó un sistema, precursor de nuestros modernos catálogos.
Se ordenaron por género y nombre de autor, pero no para encontrarlos sino para
tenerlos registrados. Los pergaminos no se pueden colocar en estantes así que
se guardaban en montones.
Desaparición de la biblioteca
La biblioteca de Alejandría se
había vuelto un sitio de conocimiento donde muchos de los científicos más
famosos de la época hicieron grandes descubrimientos. Desde hace mucho tiempo
se dice que sufrió un incendio donde se perdieron los pergaminos, pero se cree
que en realidad fue un accionar más lento de diversos eventos.
Hay tres personajes involucrados
en estos eventos: Julio César, Teófilo de Alejandría y el Califa
Omar de Damasco. Teófilo fue quien quemó varios templos paganos en Alejandría
defendiendo el cristianismo, y la biblioteca tenía muchos pergaminos que
probablemente fueron quemados. Sin embargo, el incendio no fue el la biblioteca
principal sino en un anexo pequeño.
Sobre el Califa Omar se dice que
quemó textos contrarios al Corán en el 645 d. E. C., pero la mayoría de los
historiadores piensan que es una historia inventada. Es probable que haya sido
Julio César quien causó más estragos a la biblioteca, incendiando una flota de
barcos y haciendo que el fuego se esparciera. Aunque no destruyó todos los
manuscritos, muchos de los que quedaron fueron llevados a Roma.
Lo que sabemos hoy
Aunque la Biblioteca no
haya sufrido un enorme fuego, sí sufrió la pérdida en el correr de los años de
cientos de pergaminos llevados por los conquistadores a sus países o destruidos
por motivos religiosos. Es probable que su destrucción y caída haya tardado
varios siglos. Algunos arqueólogos piensan que todavía hay pergaminos y restos del
edificio principal que es necesario buscar en la ciudad. Hoy en día existe la Bibliotheca
Alexandrina, construida en honor a la antigua Biblioteca de Alejandría, con
textos de todo el mundo.
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